"La seguridad ha terminado por constituirse en uno de los principales problemas para la región", dijo el secretario general del organismo, que llamó a todos los países de la región a asumir su responsabilidad para controlar la exportación e importación de armas.
En conferencia de prensa posterior, Insulza señaló que Estados Unidos es uno de los países que todavía no ha ratificado la convención, a la cual se han suscrito hasta ahora 27 de los 34 estados americanos.
México ha afirmado en numerosas ocasiones que la facilidad para adquirir armas en Estados Unidos permite a los cárteles de la droga y los grupos mexicanos del crimen organizado abastecerse sin problemas de poderosos arsenales.
Insulza citó datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según los cuales América Latina y el Caribe son la segunda región del mundo con mayor número de homicidios, sólo superada por el Africa subsahariana.
"El 42 por ciento de los homicidios con armas de fuego ocurren en esta región", donde hay 80 millones de armas, dijo.
Al respecto, la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, citó un informe de la organización no gubernamental Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas, representada en el encuentro, según el cual hay 875 millones de armas en el mundo, 74 por ciento en manos de civiles.
"El número de armas en posesión de civiles supera, entonces, en una relación de tres a uno a las que integran los arsenales gubernamentales. Ocho millones de nuevas armas se fabrican cada año", señaló, y sólo 800.000 son destruidas anualmente por las autoridades.
"El tráfico de armas es, sin duda, un enemigo que quebranta la paz, la convivencia armónica, los derechos humanos, la democracia y, en términos generales, el desarrollo de nuestros pueblos. Todas nuestras naciones enfrentan las terribles consecuencias de este crimen", manifestó.
La II Conferencia de la Convención Interamericana concluirá mañana y cuenta con la participación de representantes de los países signatarios y de organismos como la Cruz Roja, Interpol y Naciones Unidas. (Télam)