"La única forma de disminuir los factores de riesgo cardiovascular es lograr que los chicos lleguen a la vida adulta con buenos hábitos arraigados: no fumar, tener una buena alimentación y realizar ejercicio físico", sintetizó el cardiólogo Adrián D'Ovidio, presidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
"Si logramos modificar esos hábitos, mediante el diálogo, buscando maneras eficaces de intervenir, indagando en sus costumbres para poder hacer que se comprometan con un cambio hoy, vamos a tener menos factores de riesgo en la población a futuro", aseguró Sandra Romero, médica cardióloga, cirujana infantil y especialista en Hemodinamia, presidente del Comité de Cardiopatías Congénitas de FAC.
No obstante, Romero advirtió que "en cada lugar de nuestro país los hábitos de los niños son muy diferentes a pesar de que la tendencia al incremento de la obesidad y el sedentarismo se mantenga".
Por tal motivo, la FAC lanza este año a través de su Comité de Cardiopatías Congénitas, una campaña nacional para el relevamiento de los factores de riesgo en escuelas primarias, a través, según explicó Analía Molteni, titular de la Secretaría de Prensa y Difusión de la FAC, "de un pequeño test divertido muy fácil de responder, que nos permitirá disponer de un muestreo de unos 120 chicos como mínimo en cada provincia".
Esta encuesta se pondrá en marcha en las escuelas donde algunos de los especialistas de la FAC brindarán charlas informativas y de concientización sobre hábitos saludables y prevención de factores de riesgo para toda la comunidad educativa.
"La idea es desarrollar acciones sobre la prevención basados en un registro actual de la realidad de nuestros niños, porque ese es el período sobre el que tenemos que actuar, ya que una vez que los hábitos están instalados en la vida adulta es mucho más difícil solucionar el problema", señaló Jorge Camilletti, médico especialista en Cardiología, cardiólogo nuclear y vicepresidente 2° de la FAC.
Lo poco que nos movemos
Estudios a nivel de la OMS ponen al sedentarismo –la falta de actividad física– como la cuarta causa de muerte a nivel mundial, y en la Argentina, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, se estima que 38.000 personas por año de entre 40 y 79 años mueren por causas relacionadas con la falta de actividad física.
La cardióloga Paula Quiroga, especialista en Rehabilitación Cardiovascular y presidenta del Comité de Cardiología del Ejercicio de la FAC, hizo hincapié en otra de las aristas principales por donde tomar este complejo problema.
"El movimiento es algo innato y los niños ‘entrenan' de manera natural a través del juego, pero los chicos de hoy están mucho más limitados en sus movimientos que los de las generaciones anteriores".
La consecuencia es un creciente sedentarismo que se ve reflejado en el aumento de las tasas de sobrepeso a edad temprana y detección precoz de diabetes adquirida.
"El problema es qué hacemos los adultos frente a esto, entonces, iniciativas como los quioscos saludables y el aumento de las horas de Educación Física en algunas escuelas, son iniciativas interesantes, pero lo cierto es que también los adultos estamos inmersos en el problema de la falta de tiempo y de lugar".
La cardióloga mencionó el caso de familias con mayor poder adquisitivo que se mudan a barrios cerrados donde cuentan con más espacio y seguridad, pero donde los chicos siguen pegados a las pantallas de computadoras, celulares y tablets.
"Es importante que los adultos prediquemos con el ejemplo y busquemos espacios donde podamos compartir con nuestros hijos actividades en las que se propicie el movimiento", añadió.
En ese sentido, Quiroga dijo que "a veces las evaluaciones predeportivas también funcionan como limitantes de la actividad física, porque se piden demasiados estudios" para certificar que el niño está en condiciones de realizar actividad física, cuando en realidad, lo que está demostrado a nivel internacional es que si el niño no tiene soplo, ni ningún tipo de síntomas ni antecedentes de muerte súbita en la familia, es muy raro que tengamos algún problema y basta con un buen examen físico".
Para saltar la soga, jugar a la mancha, o andar en bicicleta no es necesario tomar tantas precauciones como si el niño fuera a correr una maratón: "Estamos limitando demasiado la posibilidad de que un niño juegue", sintetizó la experta.
"Los médicos no solamente tenemos que indicarles actividad física a los chicos que llegan con sobrepeso, sino que siempre se debe indagar en los hábitos del niño cuando sale del jardín o de la escuela, y buscar a partir de ello estrategias para incorporar el movimiento como hábito, tiene que ser una prioridad incluso en el control del niño sano", sostuvo Celeste López, cardióloga infantil, miembro de la FAC, quien ha desarrollado un mapa de los lugares más propicios para practicar deportes y realizar actividad física en la capital correntina.
Por Leonardo Coscia .