Lady Gaga hizo bailar a River con un impactante show
En su primera visita a la Argentina, la cantante estadounidense Lady Gaga se presentó en River ante un público integrado por 45 mil fanáticos que bailaron con sus canciones y disfrutaron de un ambicioso show con enorme puesta en escena, numerosos cambios de vestuario, bailarines y efectos especiales.
Con un enorme castillo medieval como escenografía; la excéntrica vocalista llegó con atuendo en color negro, con corset, capa y máscara; llevada por un carro tirado por un caballo humano y secundada por bailarines vestidos de soldados futuristas.
Así, la artista inauguró la dársena circular que se adentraba en el sector de campo VIP mientras cantaba "Highway Unicorn (Road to Love)". Acto seguido se apagaron las luces y desde el techo del escenario bajó una especie de diamante gigante hecho con luces de LED en el que una misteriosa cabeza -denominada Mother G.O.A.T.- contó parte de la historia que sería el hilo conductor de esta suerte de musical pop.
El intrigante personaje contó que Gaga había escapado de una prisión espacial de máxima seguridad y que su misión era asesinarla antes de que diera a luz a una nueva raza dentro de la humanidad. Esta alocución dio paso a "Government Hooker", llena de movimientos procaces y toqueteos con sus bailarines, con una estética por demás fetichista.
Cambio de vestuario de por medio, y luego de que el castillo escenográfico se abriera para revelar su detallado interior, Gaga apareció nuevamente en escena convertida en Madre Monstruo, una descomunal parturienta que dio a luz a los "pequeños monstruos" -tal como llama a sus seguidores- antes de cantar "Born This Way", el himno de los freaks, los incomprendidos y los raros.
A partir de ahí se sucedieron canciones del último disco y clásicos de la vocalista, en un repertorio en el que sonaron "Black Jesus", "Bloody Mary", "Bad Romance" y "Judas", antes de recibir una cerrada ovación. "Estoy lista para invadir la tierra como su estrella pop argentina. ¿Se quedarán conmigo?", preguntó pícara en inglés.
Las siguientes canciones -con un simpático vestido rosa en forma de origami- fueron "Fashion of His Love" y "Just Dance", hit de la diva en el que se dio el lujo de tocar un estrambótico teclado que hacía juego con su ropa.
Sin pausas -y con un nivel de complejidad y obsesión en las coreografías y en la ambientación digno de la mismísima Madonna- Gaga reapareció en la dársena convertida en una suerte de Estatua de la Libertad de cuero para cantar la contagiosa "Lovegame" y arengar al público a los saltos.
"Sabemos que los tickets son caros y les agradecemos que hayan venido", dijo en inglés la artista que, antes de devolver el cariño de la gente con una espectacular versión de "Telephone" en la que las partes de Beyoncé estuvieron grabadas. En realidad, Gaga cantó durante todo el show sobre pistas de apoyo que le permitieron saltearse los coros para hacer sus agotadoras coreografías, aunque entonó en vivo y con potencia las estrofas de todos sus temas.
Con una audiencia variopinta -que iba desde niños hasta matrimonios de 50 años, pasando por adolescentes, veinteañeros y treintañeros- la anfitriona reapareció después convertida en una mujer-motocicleta y cantó "Heavy Metal Love" y "Bad Kids", en la que le preguntó al público si era lo suficientemente valiente para que "no le importe un carajo" lo que los demás pensaban de las propias formas de ser, gustos e inclinaciones sexuales.
Después vino una suerte de intermedio en el que Gaga, sentada en la dársena con dos bailarines, recibió toda clase de regalos, incluido un paquete de yerba mate. "¿Puedo fumar esto? ¡Hey, el té es saludable!", dijo con picardía en un gesto que fue aplaudido por la gente.
A continuación se puso una camiseta argentina que le habían arrojado y eligió a tres fans del "Monster Pit" -el espacio delimitado por la dársena del escenario en el que entraron los fans que habían llegado primero- para acompañarla en escena. Así se inició un sentido segmento con Gaga tocando teclados junto a sus emocionadísimos seguidores, en el que demostró todo su poderío vocal -esta vez sin grabaciones de apoyo- en "Hair", "Stuck on Fucking You" y "You and I".
"Todo el amor que tienen para mí me está haciendo explotar el corazón. Nunca estuve aquí, así que aunque estoy habituada a actuar en estadios, es algo diferente. Para ser honesta, no puedo creer que estén aquí", sostuvo. También habló de lo difícil que fue abrirse paso en el mundo de la música y le recomendó a sus fans que "siempre sigan sus sueños". El segmento lo cerró con un enorme sobretodo vinílico y el tema "Electric Chappel".
Después hubo otro cambio de vestuario y Gaga salió a escena ataviada con uno de sus famosos "vestidos de carne" y colgada de un carro con medias reses para cantar "Americano" y "Poker Face", esta última metida en una picadora de carne gigante. "Esto es lo que les hacemos a las mujeres", gritó al comenzar el tema.
La recta final fue con "Alejandro", "Papparazzi" -en donde Gaga finalmente mató con su cetro a la Mother G.O.A.T.- y "Scheiße", que le puso un broche de oro a puro ritmo a la lista de temas, tras prometer que a partir de ahora en cada gira mundial incluiría Argentina.
Pero faltaban los bises, que llegaron con la cantante tocando teclados -y convertida en una suerte de faraona alta costura- desde una de las torres de su castillo para hacer "The Edge of Glory".
Las luces se apagaron nuevamente, pero todavía faltaba el hit "Marry the Night", con el que cerró un su primer show en estas pampas mientras se iba despojando de parte de su ropa. "Gracias por creer en mí, Argentina", dijo para cerrar su concierto la carismática y talentosa estrella. (Reporter)