"Las pruebas que recabamos fueron los testimonios de las menores víctimas en el dispositivo de cámara Gesell, así como las declaraciones de las madres y autoridades del colegio al que asistían", explicó Zyseskind en declaraciones televisivas.
Para la fiscal, la hija de Colosino fue "claramente víctima en relación a diversos delitos" y el juicio "ha sido un proceso de sanación para que (las abusadas) puedan abrirse, contar lo que les pasó y luego ir cerrando esas heridas".
Actualmente algunas de las niñas siguen con tratamiento psicológico, pero la fiscal destacó "que haya habido adultos que las escucharan y que hayan creído en su relato y que hayan puesto en conocimiento de la Justicia lo que estaba pasando. Eso es lo que más sana para este tipo de delitos".
Colosimo, fisicoculturista de 48 años, negó todos los cargos en su contra argumentando que fueron motivados porque "las niñas lo veían como un superhéroe" y que estaban "enamoradas" de él, informó la fiscal.
Aunque el hombre fue detenido el 28 de agosto de 2015, el escándalo se había destapado unas semanas antes luego de que una de las niñas se acercara a una de las preceptoras y le dijera que quería contarle "algo que le había ocurrido fuera del colegio".
En su relato, la menor habría acusado al padre de su mejor amiga -compañera de colegio- por varios abusos que habían comenzado en 2012 y ocurridos tanto en la casa del condenado como en un barco de su propiedad.
Dos días después, otras dos alumnas y compañeras de la primera víctima se acercaron a la preceptora y relataron que ellas también habían sufrido abusos.
En una de las denuncias presentadas por el padre de una de las menores se dejaba constancia de que "el papá de la amiga le tocaba las partes íntimas de su cuerpo, los genitales, y lo hacía cuando la mamá de su amiga no se encontraba. Además, el acta refleja que la nena contó que también había visto cuando dicha persona (Colosimo) se paseaba por la casa luego de bañarse, desnudo, mostrando sus genitales.