Los arrestos se concretaron al término de seis allanamientos realizados en distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
En ese marco, los agentes secuestraron 13 mil autopartes, nueve autos que estaban preparados para el desguace y otros seis vehículos que también habían sido robados.
La investigación estuvo a cargo del fiscal Penal, de Contravenciones y de Faltas 5, Miguel Kessler, y la División Sustracción de Automotores de la fuerza de seguridad porteña.
Las fuentes destacaron que se pudo trazar el circuito delictivo a partir del sistema de grabado de autopartes, dado que eso permitió localizar talleres y locales de venta de piezas que estaban involucrados en la maniobra.
El grabado numérico de patentes es obligatorio en la Ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza como una herramienta para combatir un delito violento como es el robo de autos.