"Venimos trabajando con esto desde el año pasado, pero tuvimos problemas en la implementación a nivel distrital y a nivel de gestiones", indicó a Télam la docente.
Galarza reiteró que "a nadie debería molestarle que haya un baño sin etiqueta", e indicó que no es el único sanitario que hay en la escuela, pues se mantienen también los tradicionales para varones y mujeres.
El punto de partida para llegar a un baño "sin etiqueta" surgió en junio del año pasado, pero recién fue aprobado el pasado jueves por la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Contó que "el mayor trabajo lo tuvieron los alumnos en sus casas y con sus familias", y dijo que en términos generales no se topó "con una gran resistencia".
"Me he encontrado con padres y madres que tienen temor, que se hacen muchas preguntas en el momento de saber que su hijo/a tiene un baño mixto, pero no me he encontrado con una gran resistencia", indicó.