El equipo titular encontró un sistema que luego con lesiones como las de Benedetto y Fernando Gago, además de la llegada de Carlos Tevez, se modificó casi de manera radical, porque Ramón "Wanchope" Ábila encontró su lugar y el único que se mantuvo inalterable fue Pavón.
Los números que dejó el título de Boca fueron contundentes porque dominó todo el torneo, de punta a punta, muchas fechas como solitario puntero.
En la primera jornada compartió la punta con otros nueve equipos, en la segunda solo con Vélez y River, en la tercera se quedó con el "millonario" y en la cuarta se desprendió de los hombres de Marcelo Gallardo.
Solo volvió a ser alcanzado por Godoy Cruz la jornada anterior, pero claro, con dos partidos más para el "xeneize", por el cotejo postergado ante Gimnasia.
Con 47 goles a favor (el más goleador), y una de las vallas menos vencidas con 19 goles en contra (superado solo por los 18 de San Lorenzo, Independiente y Talleres), Boca tuvo una efectividad de más del 73,08 por ciento de puntos.
Tuvo en Benedetto a su máximo artillero con 9 goles, pese a que el "Pipa" se lesionó gravemente en noviembre pasado y no volverá a jugar hasta el próximo torneo.
También debió sortear las lesiones (grave también) de Gago y la de Paolo Goltz, que lo marginó de las últimas fechas, pero para beneplácito del "mellizo" contó con Nahitan Nandez, "Wanchope" Abila y Santiago Vergini.
Y en el medio el presidente Daniel Angelici logró repatriar a Tevez.
Sin embargo, la polémica en torno al juego del equipo, lo vistoso de su producción y hasta ciertos movimientos de Barros Schelotto a la hora de conformar el once inicial, generó algo de "ruido" en el "Mundo Boca", siempre tan convulsionado.
Pero el equipo del "mellizo" hizo una gran primera parte de torneo, en la que no disputó la Copa Libertadores, y para el 2018 tuvo una buena diferencia cuando comenzó su participación en el certamen subcontinental.
En el torneo tuvo como escoltas, de manera alternativa, a River (2-1), San Lorenzo (1-1), Talleres de Córdoba (2-1) y Godoy Cruz (4-1), y si bien sufrió cinco caídas -seguidas ante Racing (2-1) y Rosario Central (1-0), luego consecutivas con Defensa y Justicia (2-1) e Independiente (1-0) y una aparte de una con Argentinos Juniors (1-0)- logró mantenerse siempre incólume en lo más alto de las posiciones.
Cuando la polémica por la producción del equipo estuvo en duda, Barros Schelotto siempre mantuvo la misma postura de decir que el elenco hace muchos meses se mantenía como líder de la tabla.
Lo cierto es que el título de Boca tuvo justicia, nadie le regaló nada y siguió ejerciendo su hegemonía en un torneo largo, complejo y hasta tan inesperado en algunos de sus resultados que lo hizo apasionante. (NA, por Adrián Taccone)