"La causa de la muerte habría sido violenta, factiblemente por asfixia en el cuello ya que tiene signos de ahorcadura y no hay signos de defensa", dijo a Télam una fuente judicial.
La víctima, llamada María Angélica Andrada (19), tenía puesto un pantalón y una remera negra y estaba sin zapatillas. Su cadáver fue reconocido por su propia madre, quien le contó a la Policía que tenía problemas de adicciones y hacía seis días que no regresaba a su hogar.
Según las fuentes, la mujer explicó que no había formulado denuncia por paradero porque era frecuente que su hija se ausentara de la casa.
El caso es investigado por el fiscal Fabricio Iovine, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de San Martín, quien ordenó preservar el sitio del hallazgo para el trabajo de los peritos y estuvo en el lugar para dar las primeras directivas en la investigación.
Al respecto, dispuso que se realice la autopsia correspondiente para determinar fehacientemente las causas de la muerte y si hubo abuso sexual.
"No tenemos probado que haya signos de agresión sexual, al menos todavía, hay que hacer los hisopados y ahí tendremos un dato más firme", sostuvo la fuente consultada.
En la zona no hay cámaras de seguridad que hayan captado el momento del ataque y la joven no usaba redes sociales, por lo que no pudo determinarse por esa vía con quien pudo haberse encontrado previamente.
Sin embargo, en las últimas horas, los pesquisas se entrevistaron con algunos testigos que refirieron haber visto a la víctima caminar hacia el lugar donde apareció muerta junto a un hombre apodado “el pelado” o “el rancho” y que esta persona regresó de ese mismo lugar solo, sin la mujer.
A partir del apodo, los investigadores identificaron al sospechoso, de 37 años, lo localizaron en las calles del asentamiento Villa Curita y lo demoraron por disposición del fiscal Iovine.