El Municipio de San Isidro se suma al Día Mundial de la Educación Ambiental que se celebra hoy, una oportunidad para generar conciencia sobre el cuidado del medioambiente.
Desde hace varios años, el municipio pone el foco en la promoción de una ciudadanía ambientalmente responsable. Y con la idea de promover este cambio cultural, trabaja en programas basados en fomentar la separación de residuos, el reciclado, reutilización y reducción de residuos.
En ese sentido, se generó un importante circuito que logró reciclar 25 mil toneladas de residuos. El proceso comienza con los vecinos que separan los reciclables en sus hogares, y los llevan a los contenedores amarillos o a los ecopuntos (hay cinco containers para la división de materiales); luego los camiones realizan la recolección en los más de 7 mil contenedores de separación que hay en las calles de todo el Partido. También forman parte del circuito los ecopuntos, la recolección diferenciada en el barrio Santa Rita de Boulogne y los programas en colegios, donde se dejan contenedores de separación.
Esto termina en la planta de separación de residuos sólidos de Villa Adelina para darle una segunda vida a los materiales reciclables.
En los últimos dos años, San Isidro ha disminuido un 30 por ciento la cantidad de residuos enterrados en CEAMSE. Además del beneficio ambiental, esta cifra representa un importante ahorro económico que es reinvertido en nuevas políticas medioambientales.
El municipio también lleva adelante, junto a ONG, la campaña “Sí al Río Limpio”, en la que se invita a la comunidad a participar de esta iniciativa con el objetivo de eliminar el plástico en la costa del distrito. Más allá de limpiar el río la idea es generar conciencia en la comunidad de que todos los residuos sueltos que quedan en la vía pública a través de los sistemas pluviales terminan en el río y lo contaminan.
Teniendo en cuenta que la educación cumple un papel principal para asumir el esfuerzo de cuidar al planeta, el municipio junto con la Fundación Regenerar lleva adelante el programa “Clase Verde” para concientizar sobre este tema en colegios públicos y privados.
La iniciativa ya pasó por más de 70 colegios y llegó a unos 10 mil alumnos. Además, en cada escuela se dejan tres tachos de diferentes colores (para residuos orgánicos, plásticos y papel y cartón) para que se separe la basura en la escuela al igual que en la vía pública.
Es una política medioambiental que el municipio considera vital, teniendo en cuenta que los jóvenes son los grandes generadores del cambio y protagonistas en el cuidado del medioambiente. Esta propuesta también alcanzó a los docentes para que puedan contar con herramientas para trabajar con los alumnos en educación ambiental.
“La educación ambiental es un eje fundamental de nuestro plan de gestión. Se trata de generar y compartir conocimiento, promover hábitos sostenibles en toda la comunidad”, sostuvo Tomás Rodríguez, director de Reciclado de Espacio Público.
Un lugar emblemático es la reserva Ribera Norte -creada hace más de 30 años- que cada año recibe a miles de estudiantes de todos los niveles de escolaridad. Allí, los guardaparques municipales brindan charlas y capacitaciones sobre el cuidado ambiental.
“El objetivo es brindar una experiencia positiva que permita generar y reforzar los vínculos entre las personas y la naturaleza”, contó Bárbara Gasparri, directora de Ecología y Conservación de la Biodiversidad del municipio.
Y completó: “Las personas que viven en ciudades -la mayor parte de la población mundial- va perdiendo la conexión con la naturaleza lo que repercute luego en la toma de decisiones sobre su bienestar y cuidado. Conocer a sus habitantes y entender los beneficios que nos brindan, permite mantener el equilibrio ecológico y mejora la calidad de vida de las personas”.
Sobre el Día Mundial de la Educación Ambiental
Este día se originó en 1972 a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia. Allí, se estableció la Educación Ambiental como una prioridad. Posteriormente, en 1975, se firmó un acuerdo entre países - la Carta de Belgrado: un marco general para la educación ambiental- en el que se establecieron metas ambientales y principios de su educación.
La Constitución Nacional, la Ley de Educación Nacional y la Ley General del Ambiente contemplan a la educación ambiental como un proceso fundamental para el ejercicio pleno de la ciudadanía.
La Ley General del Ambiente define a la educación ambiental en su artículo 8 como uno de los instrumentos de la política y la gestión ambiental en Argentina. Las tres leyes, en ese sentido, dan forma al marco normativo general de la educación ambiental en nuestro país.