En la mañana de hoy, la DDI de San Isidro de la Policía Bonaerense realizó un allanamiento en la sede de la orden de las Hermanas Trinitarias en Boulogne, donde se detuvo a una religiosa extranjera de 64 años llamada María Tellez Fajardo, conocida como “Sor Marina”. Se la acusa de abuso sexual de menores, tocar los genitales de una menor a su cargo.
La investigación, a cargo del fiscal Marcelo Fuenzalida de la UFI Especializada en Delitos Conexos a la Trata de Personas de San Isidro, opera bajo la hipótesis de que “entre los años 2020 y 2021 en el interior del Hogar de la Hermanas Trinitarias de Boulogne” la monja “realizó en reiteradas oportunidades tocamientos impropios de zonas genitales.
En la causa constan, por ejemplo, las declaraciones en cámara Gesell de la única víctima mencionada en el expediente, que tenía 14 años de edad al momento de los ataques y vivía bajo una medida judicial de abrigo en el hogar a cargo de las religiosas, cuya organización está registrada como la Asociación Obra de la Santísima Trinidad.
En el operativo se allanó la sede de las Hermanas Trinitarias en la calle Balbín en San Miguel, donde la religiosa fue arrestada. También se ingresó al hogar y convento de las monjas en la calle Carlos Tejedor al 300 en Boulogne.
El caso llegó al fiscal Fuenzalida el 22 de abril tras una denuncia de la abogada de los derechos del niño que tutela la situación de la menor, con un juzgado de familia atado al proceso. La denuncia fue ratificada. En principio, se conoce una única víctima
Este último lunes se realizó la cámara Gesell, lo que fue clave para imputar a la monja y avanzar con su detención. La víctima reflejó en su relato que los abusos ocurrían en la cocina del hogar y en un depósito.
En los procedimientos participaron la Dirección de la Niñez y Adolescencia de Tres de Febrero; Dirección de la Niñez y Diversidad Sexual de Pilar, así como el Servicio Local de Promoción y Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes de Tigre.
La imputación a Tellez Fajardo, por lo pronto, es la de abuso sexual simple agravado por haber sido cometido por una persona a cargo de la guarda de la víctima, en el contexto de un culto religioso. El abuso es considerado gravemente ultrajante dada su extensión en el tiempo.