En una resolución a la que accedió Télam, la sala I de la Cámara hizo lugar a un planteo de la defensora oficial de Conzi, Patricia Colombo, y revocó una decisión de la jueza de Ejecución Penal 2 de San Isidro, Victoria Elías García Maañón, que el 11 de noviembre pasado había rechazado un pedido del empresario para obtener la libertad condicional.
Con la firma de los camaristas Oscar Quintana y Juan Stepaniuc, la sala I ordenó "actualizar de manera inmediata los informes Penitenciarios
pertinentes" y "dictar un nuevo pronunciamiento".
Es que los camaristas hicieron lugar a un planteo de la defensa de Conzi que aseguraba que los informes que tuvo en cuenta la jueza en noviembre último estaban desactualizados.
"Si bien el dispendio jurisdiccional no resulta en suma excesivo, lo cierto es que los informes en los que se fundó el dictamen de viabilidad emitido por el Departamento Criminológico cuentan todos con más de 6 meses de antigüedad al día de la fecha del resolutorio", señala el fallo.
Además, los jueces explican que "debe concluirse que los informes elaborados no poseían la actualidad necesaria para la finalidad pretendida, que justamente es la de evaluar la conducta y el desempeño reciente del interno dentro del ámbito carcelario, y determinar de acuerdo a esto si abastece o no el requisito subjetivo para la obtención del instituto peticionado".
En septiembre del año pasado, Conzi había solicitado el beneficio de la libertad condicional, al entender que con los 17 años que lleva preso, ya tiene cumplidas las dos terceras partes de la condena a 24 años y nueve meses de prisión que se le dictó y quedó firme por el homicidio de Schenone y la tentativa de homicidio de otras cuatro personas.
Conzi está detenido en sector de resguardo sanitario de la Unidad 48 de San Martín, ya que tiene 61 años y además presenta una enfermedad coronaria preexistente, un tipo de arritmia -fibrilación auricular- que lo obliga a estar anticoagulado y a someterse a controles permanentes.
Respecto a su situación de salud, los camaristas consideraron que "corresponde encomendar a la jueza recabe los antecedentes médicos de Conzi y arbitre los medios pertinentes para preservar la salud, garantizando, en el caso de que así lo estimen necesario los galenos, los tratamientos médicos que se indiquen".
Justamente el asesino de Schenone ya había sido beneficiado el 13 de marzo de 2019 con la prisión domiciliaria por su cuadro cardíaco.
Pero luego, el condenado protagonizó una serie de episodios que generaron la queja de la familia Schenone y el pedido de una fiscal para que vuelva a ser encarcelado.
Primero, a pesar de estar con domiciliaria por su estado de salud, publicó en su cuenta de Facebook que estaba feliz de haber vuelto a su casa y que estaba “intacto” y se sentía “saludable 1000%”.
Luego se supo que se había arrancado la tobillera electrónica porque le apretaba, aunque la Justicia no adoptó ninguna medida y le repuso un nuevo aparato.
El 8 de junio de 2019, su hermano Hugo, subió a Facebook un video donde se veía a Conzi pasear a “Franco y Sara”, las dos cabras que tienen como mascota, por la vereda de su chalet de la calle Santa Rita al 1.500 de Boulogne, por lo que se achicó el rango del perímetro para moverse en su domicilio.
Pero el hecho que llevó a Conzi otra vez a prisión ocurrió el 16 de julio de ese mismo año, cuando el sistema de monitoreo electrónico detectó una salida de rango y cuando el SPB envió un patrullero, el condenado explicó que había salido a ayudar a su hermano Hugo a empujarle el auto que no arrancaba, cuando éste debía ir al cementerio a llevarle flores a la tumba de su madre.
Tras ese episodio, la jueza García Maañón consideró “injustificado” que Conzi haya salido por 12 minutos con esa excusa, más cuando sabía que se le había acotado el perímetro, y el 30 de julio de 2019 ordenó revocar el beneficio y enviarlo otra vez a la Unidad 48 de San Martín, donde hace 13 meses está encarcelado.
Conzi fue condenado a 24 años y nueve meses de prisión por haber asesinado el 16 de enero de 2003 a Schenone (23) cuando persiguió y efectuó 14 disparos contra el remís en el que viajaba por la avenida del Libertador, a la altura de Béccar.
Para la justicia, el empresario cometió el hecho luego de haber tenido un ataque de celos cuando vio dentro de su restaurante "Dallas-Las Olas Boulevard" que el joven se besaba con Paula Alonso, una chica a la que él había intentado conquistar.
El homicida estuvo prófugo casi dos meses hasta que la Policía lo capturó en Mar del Plata con una peluca y bajo una falsa identidad.