Fuerte suba de tasas: ¿Conviene plazo fijo tradicional o UVA?
El aumento de precios constante hace que los ahorristas busquen las mejores formas de resguardar el poder adquisitivo de su capital. Con las nuevas tasas dispuestas por el Banco Central, es importante analizar cuál es la modalidad de plazo fijo más conveniente.
La última variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicada por el INDEC, reveló que la inflación del mes de abril alcanzó los 8,4% acumulando un incremento del 32% en lo que va del año. En la comparativa interanual la inflación superó los 108 puntos porcentuales y se estima que el incremento en el mes de mayo podrá superar el 9%.
Ante este panorama, el Banco Central (BCRA) ha dispuesto una seguidilla de incrementos en las tasas de interés como un mecanismo para intentar captar dinero circulante lo que, en teoría, podría funcionar como una herramienta para aliviar el aumento constante de precios. Al mismo tiempo, la entidad monetaria pretende promover el ahorro en pesos para evitar que los ciudadanos continúen acudiendo a otras opciones tradicionales como la compra de dólares, lo que también puede agravar la cotización de la moneda extranjera.
El último aumento en las tasas aplicables a los depósitos de plazos fijos fue comunicada el 15 de mayo e implicó una suba de 600 puntos básicos, lo que llevó la Tasa Nominal Anual (TNA) de 91% a y la Tasa Efectiva Anual a 154%, todo ello aplicable para los depósitos realizados por personas humanas, realizados a 30 días y hasta 30 millones de pesos. Esto hace que el rendimiento mensual que genera el dinero colocado en este tipo de operaciones sea del 8,08%.
Con estos aumentos, los ahorristas vuelven a preguntarse: ¿Qué es más conveniente, continuar con el plazo fijo tradicional o pasar al plazo fijo UVA?
Antes del incremento dispuesto por el BCRA, la respuesta era sencilla, la opción UVA era sin dudas la más conveniente ya que las tasas aplicables a los plazos fijos tradicionales habían quedado muy por detrás de la inflación. Con las nuevas tasas, es conveniente volver a hacer el análisis.
Con relación al plazo fijo clásico, a simple vista ya se puede apreciar que el rendimiento mensual (8,08%) aún ha quedado un poco por detrás de la inflación conforme el último reporte oficial (8,4%) por lo que, inclusive invirtiendo de esta manera, el ahorrista perdería poder adquisitivo.
Ya en lo que respecta al plazo fijo UVA, lo positivo de esta modalidad es que su rendimiento está automáticamente ligado al incremento de precios: la tasa de interés equivale a la inflación más 1% anual. Aun así, presenta algunas características que no son tan atractivas, como el hecho de que el plazo mínimo para constituirlos sea de 90 días -a diferencia del plazo de 30 días aplicable al plazo fijo tradicional-, un período demasiado extenso para estas épocas de inestabilidad.
Para la mayoría de los asesores financieros, el punto clave para decidir entre estas dos opciones es la proyección que se tenga de la inflación en los meses venideros: si se estima que la misma podrá ir descendiendo poco a poco, entonces la modalidad tradicional generaría más ganancias. Por el contrario, si el panorama es de alza en la inflación, la opción más segura es la modalidad UVA.