03.06.2024 - 21:40 | Economía

La Brecha Entre Salario Mínimo y Canasta Alimentaria se Agrava en Argentina

En Argentina, cerca de 3 millones de personas perciben un salario mínimo que solo cubre el 65% del costo de la canasta alimentaria para un hogar de cuatro integrantes. La inflación y los precios internacionales afectan cada vez más la capacidad adquisitiva de los trabajadores.

La Brecha Entre Salario Mínimo y Canasta Alimentaria se Agrava en Argentina

En Argentina, el salario mínimo, que perciben aproximadamente 3 millones de trabajadores, apenas alcanza para cubrir el 65% del costo de la canasta alimentaria de una familia tipo de cuatro miembros. Esto significa que, si un hogar depende exclusivamente de esta remuneración básica, pasaría casi un tercio del mes sin poder cubrir sus necesidades alimentarias.


La brecha entre el salario mínimo y el costo de vida esencial se viene agravando debido a que los ingresos no logran seguir el ritmo de la inflación, especialmente en lo que respecta a los alimentos, cuyos precios están influenciados por el mercado internacional de commodities. Este fenómeno hace que el valor de referencia sea el dólar, pero no el oficial, sino el que sigue las especulaciones del mercado.


El deterioro del poder adquisitivo


En el año previo a la pandemia, el salario mínimo alcanzaba para cubrir un 13% más que el costo de la canasta alimentaria. Sin embargo, en la pospandemia, la capacidad adquisitiva cayó un 6,15% por debajo, y en 2023, esta brecha se redujo a solo un 1,4% a favor del sueldo.


El mes pasado, una familia tipo necesitó alrededor de 730 mil pesos mensuales para cubrir sus necesidades básicas. Aunque el rubro alimentos tuvo una suba del 2,3% en ese periodo, algunos productos como verduras y lácteos registraron bajas estacionales. No obstante, las bebidas, panificados y lácteos aumentaron un 4,2% en promedio, exacerbando la situación.


Consejo del Salario sin fecha de reunión


En este contexto, el Consejo del Salario aún no ha definido una fecha para reunirse y discutir posibles ajustes. Según un análisis de Infobae, en comparación histórica desde el Plan Austral de Raúl Alfonsín hasta la actualidad, los trabajadores argentinos necesitan dedicar más tiempo para adquirir productos básicos: 16 minutos más para comprar pan, 5 minutos extras para fideos, 54 minutos más para asado y 7 minutos adicionales para leche.


Comparación internacional


En términos de costos internacionales, Argentina no se encuentra bien posicionada. El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) estima que un litro de leche en Argentina cuesta lo mismo que en Francia y es más caro que en Finlandia y España. En comparación con América Latina, el salario mínimo argentino permite comprar menos cantidad de carne molida.


De los 14 alimentos analizados, Argentina se ubica entre los países más caros en 10 de ellos. En relación al salario mínimo, los trabajadores argentinos pueden comprar una cantidad de arroz similar a la de Kenia, pero a un precio en dólares comparable con Suecia y Canadá. En el caso de los huevos, su precio es similar al de Suecia y Bélgica, aunque se puede comprar con el salario mínimo de países como Túnez y Nigeria.


Alta carga impositiva


Además, el alto costo de los alimentos en Argentina está exacerbado por la pesada carga impositiva. Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) indica que los impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales representan el 43,9% del precio final de una canasta básica de nueve productos de consumo masivo.


Los alimentos se agrupan en diferentes categorías de acuerdo al IVA que los grava: los de tipo I con una alícuota del 10,5%, y los de tipo II con una alícuota del 21%. Las bebidas, además de estos impuestos, incluyen impuestos internos, lo que eleva la carga tributaria total a entre 36% y 48%.


En Argentina, los productos alimenticios industrializados y comercializados incorporan en su precio final no solo el costo de insumos y la mano de obra, sino también una amplia gama de tributos a nivel nacional, provincial y municipal, lo que agrava aún más la situación de los consumidores.


El gobierno sigue sin proporcionar soluciones efectivas para aliviar la presión sobre los salarios, mientras los trabajadores argentinos enfrentan una lucha constante por cubrir sus necesidades básicas en un contexto de alta inflación y cargas impositivas elevadas.