Desde finales de abril, los habitantes de las islas del Delta de Tigre y San Fernando se encuentran en una situación crítica debido a la suspensión del suministro de agua potable por parte de AySA. Durante cuatro años, la empresa había estado realizando este servicio, pero de manera sorpresiva, decidió interrumpirlo, lo que generó una fuerte preocupación en la comunidad.
Ante esta problemática, los vecinos se organizaron y presentaron un amparo en el Juzgado Federal de San Martín. El tribunal falló a su favor, ordenando que AySA restableciera el servicio de agua a través de lanchas, como se hacía previamente entre 2020 y 2023. Sin embargo, a pesar de la decisión judicial, la empresa estatal no ha tomado ninguna medida para reanudar la provisión de agua.
En un intento por hacer valer sus derechos, los isleños comenzaron una recolección de firmas para presentar ante el juez. Su objetivo es que AySA sea sancionada por incumplir con el fallo y por la falta de un servicio básico que afecta a sus familias. Esta situación ha obligado a los vecinos a realizar costosos y complicados viajes al continente para poder acceder al agua potable.
El sistema de suministro de agua había comenzado en junio de 2020, y consistía en catorce recorridos de lancha que beneficiaban a unas 4.600 familias. El servicio incluía entregas regulares de agua a instituciones educativas, pero con la suspensión, los isleños enfrentan grandes dificultades. “Nos preocupa la falta de atención a nuestras necesidades básicas”, expresó Cremona.
Con esta interrupción, los tanques que se habían instalado en escuelas para asegurar el acceso al agua también quedaron sin uso, afectando a las comunidades cercanas. Los isleños, que se sentían apoyados por el sistema implementado anteriormente, ahora enfrentan una grave crisis, que exige respuestas rápidas y efectivas de las autoridades.
