01.11.2024 - 16:24 | Policiales / Tigre

Preocupación en el Delta por el aumento de robos de lanchas

Vecinos del Delta de Tigre denuncian un aumento en los robos de embarcaciones, afectando su transporte diario y su seguridad. Reclaman mayor presencia policial y un plan de seguridad adaptado a la región.

Preocupación en el Delta por el aumento de robos de lanchas

Los habitantes del Delta de Tigre enfrentan una creciente problemática de seguridad que afecta su vida cotidiana: el robo de embarcaciones. En las últimas semanas, se han registrado numerosos casos de lanchas y motores sustraídos, especialmente durante la madrugada. Este fenómeno, inédito en la magnitud actual, complica el acceso de los isleños a sus trabajos, estudios, e incluso servicios de salud.


Una vecina, que depende de su lancha para moverse en zonas sin acceso a transporte público, explicó que para muchos isleños la embarcación es una herramienta indispensable para realizar actividades diarias: “Nuestro día a día es ir a trabajar, estudiar o hacer las compras. Lo que ustedes hacen en la ciudad, nosotros lo hacemos aquí, en el río”. Además, quienes habitan áreas aisladas dependen de sus lanchas para emergencias, ya que las ambulancias a veces tardan en llegar debido a la geografía del lugar.


El robo de una lancha o de su motor supone un costo elevado y una amenaza a la independencia de los residentes, quienes carecen de alternativas de transporte. Muchos de ellos han decidido mudarse al Delta buscando tranquilidad, pero ahora se sienten inseguros. Otra residente relató en declaracionas a Canal 13 que “la tranquilidad que teníamos se ha visto interrumpida; ahora cuesta dormir porque estamos atentos a los botes y a cualquier movimiento sospechoso”.


Según los testimonios de los vecinos, los robos suelen ocurrir entre las dos y las cuatro de la madrugada. Los ladrones cortan los cabos, remolcan las lanchas y luego, en otro punto del río, desmantelan el motor para transportarlo. A veces, las embarcaciones son abandonadas o hundidas una vez extraídas las partes de valor.


Los vecinos  aseguran que la presencia policial en el Delta es mínima y denuncian que no existen cámaras de vigilancia públicas, sino solo algunas cámaras privadas instaladas por vecinos. “El patrullaje es menos que restringido. Solo tenemos cámaras privadas, pero no del municipio o de prefectura”, señalaron.


Además, un vecino relató que los ladrones aprovechan la estructura de canales para huir: “Es fácil escapar porque esto es un entramado de arroyos, con muchas salidas. Si no se controla, es muy difícil atraparlos”. Los robos no solo afectan a embarcaciones particulares; en algunos casos, también se han llevado electrodomésticos y otros objetos de valor de viviendas cercanas al río.


Un mercado negro y pocos controles


Los motores de las lanchas robadas pueden tener un valor de entre 4.000 y 20.000 dólares, dependiendo de la potencia. Estos motores se venden en el mercado negro, ya que la mayoría de ellos carece de papeles, lo que dificulta su rastreo y control. La falta de controles sobre los números de motor y documentos de las embarcaciones facilita el tráfico ilegal de estos elementos, según los vecinos.


Los isleños denuncian que tanto prefectura como policía tienen pocos recursos y que no hay patrullajes nocturnos ni controles efectivos para prevenir los robos. “Antes, tal vez éramos la mitad o un cuarto de la población que somos ahora. El delito ha aumentado proporcionalmente, pero no los controles”, comentaron.


Ante esta situación, los residentes proponen establecer una fiscalía especializada para la región del Delta, así como una coordinación de seguridad que incluya controles más estrictos y cámaras de vigilancia en puntos estratégicos. “Si no se toma una medida seria, se va a vivir lo mismo que ocurre en otras zonas donde los robos son mucho más violentos”, advirtió un vecino.


Publicación en redes y llamados a la acción


Ante la inacción de las autoridades, los vecinos comenzaron a organizarse mediante redes sociales, donde publican fotos de sus lanchas robadas y piden ayuda a la comunidad para dar con el paradero de las embarcaciones. “Publicamos los botes robados para que se sepa que no es un problema de uno solo, sino de todos”, relató un residente.


Los isleños esperan que sus reclamos generen una respuesta de las autoridades y una acción concreta para protegerlos. Mientras tanto, continúan viviendo en alerta y dependen de sus propios recursos para intentar salvaguardar sus medios de transporte.