El Gobierno anunció el cierre definitivo de la planta de Don Torcuato, conocida como ex Ciccone, que pertenecía a la Casa de Moneda. Este establecimiento, expropiado en 2012 tras el escándalo de corrupción que involucró al ex vicepresidente Amado Boudou, será subastado por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).
La decisión implica un ahorro de $5.040 millones anuales, según confirmó el ministro de Economía, Luis Caputo, quien destacó que se notificó al personal sobre el cese de operaciones. "Hoy llevamos a cabo el cierre definitivo de la planta de fabricación de billetes. Ya se puso en marcha el operativo para el retiro de maquinaria y el cierre de oficinas", afirmó el ministro en su cuenta de X, desde donde participa de la cumbre del G-20 en Río de Janeiro.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, calificó el cierre como un hito en la lucha contra la corrupción: "Hemos cerrado definitivamente la planta ex Ciccone, uno de los grandes emblemas de la corrupción kirchnerista. El Estado ya no fabricará más billetes, lo que permitirá ahorrar miles de millones de pesos anuales".
Producción de billetes en el exterior
El cierre definitivo de la planta se suma a una política reciente del Gobierno: la impresión de billetes en el exterior. Desde octubre, el Banco Central suspendió los contratos con la Casa de Moneda para la producción de billetes de $1.000 y $2.000. Los nuevos billetes de $10.000 y $20.000 fueron encargados en su totalidad a proveedores chinos.
La planta de Don Torcuato, cuya principal función en los últimos años era servir de depósito de billetes deteriorados, tampoco participó en las licitaciones recientes para la impresión de papel moneda.
Un símbolo del escándalo Ciccone
La planta fue expropiada en 2012 tras el caso de corrupción que vinculó al ex vicepresidente Amado Boudou. Se esperaba que su incorporación al patrimonio estatal modernizara la producción de billetes, pero la inflación superó la capacidad de la industria local, y gran parte de los billetes se imprimieron en el exterior.
En los últimos años, el edificio almacenó grandes volúmenes de billetes deteriorados, especialmente los de $100, que aún esperan ser destruidos. Con el cierre, se acelerará este proceso y se trasladarán algunas funciones al edificio histórico de Retiro.
Caputo detalló que las máquinas para producir chapas patentes se instalarán en Retiro, mientras que las de pasaportes y billetes serán retiradas.