En un barrio cerrado de Tigre, Edenor detectó un fraude eléctrico significativo durante un operativo de rutina para verificar una desconexión por falta de pago. La compañía descubrió una conexión clandestina subterránea que permitió al cliente reconectarse en dos ocasiones, acumulando una deuda superior a $1.400.000.
Según informaron desde la empresa, el cliente había sido suspendido previamente por el impago de sus facturas, pero manipuló las instalaciones eléctricas para reconectarse ilegalmente. Las conexiones clandestinas se realizaron desde una caja toma hasta el medidor, con el objetivo de evitar su detección.
La cuadrilla técnica de Edenor, que acudió al lugar para verificar la desconexión, constató la situación y labró un acta con presencia policial. Como resultado, se inició una causa penal por robo de energía, delito que en Argentina puede ser penado con hasta seis años de prisión.
En un comunicado oficial, Edenor recordó que este tipo de maniobras no solo constituyen un delito de acción pública, sino que también representan un grave riesgo para la seguridad de quienes manipulan las instalaciones eléctricas y afectan la calidad del servicio para otros vecinos. Además, las sanciones incluyen una multa del 40% sobre la deuda acumulada, sumada a los gastos de recupero de energía, impuestos y contribuciones.
Desde la compañía destacaron que las conexiones clandestinas carecen de las medidas de seguridad necesarias, lo que puede derivar en accidentes eléctricos tanto para el infractor como para el resto de los habitantes del barrio.